Antes de que dejes tu comentario no, no es un error de tipeo: Konami se refiere a esta reedición como “Silent Hill 2” sin la palabra “Remake” en el título, cosa que desde que existe la remake de Resident Evil 2 siempre se presta a una confusión o cuanto menos un debate innecesario respecto a qué es o debería ser una obra con esas características. Aunque la descripción en la web oficial del juego sí habla de una remake hecha y derecha, que vamos a desmenuzar a continuación, la idea de enfocar el título de esta manera es una declaración de principios: lo que tenemos entre manos es ni más ni menos que Silent Hill 2 en toda su esencia y contenido. Una versión corregida, aumentada y expandida, es cierto, pero Silent Hill 2 tal y como lo recuerdan los veteranos que disfrutaran de los lúgubres pasajes de la mítica ciudad allá por el año 2001 en PlayStation 2.
Esta reedición no llegó a donde está sin polémica ya que en su génesis se estrecharon las manos dos sospechosos de siempre: por un lado Bloober Team, con juegos de performance errática -tanto a nivel técnico como de recepción- y una Konami que por fuera de los negocios que están más allá de los videojuegos nos tenía acostumbrados a un severo destrato hacia sus equipos de desarrollo -incluyendo al Silent Team original- y un trayecto errático, plagado de propiedades intelectuales dormidas. A su vez, la pregunta era evidente: ¿Cómo podría llevarse adelante la empresa de querer rehacer uno de los títulos más trascendentales dentro del género del survival horror?
Con el diario del lunes, la respuesta parece relativamente sencilla. Estamos ante un juego concebido con la inteligencia y el pragmatismo por sobre todo lo demás, en el sentido de que supo tocar aquello que necesitaba un retoque y potenció las fortalezas de Silent Hill 2 de formas en las que nunca me hubiera imaginado. Por ejemplo, prácticamente todas las locaciones del juego se corresponden con el título original, pero presentan cambios sutiles que confieren a la ciudad un verdadero sentido de lugar que antes no tenía. El puzzle de la fonola se encuentra anclado en un bar que se siente como tal: con elementos visuales y una escenografía que cuenta una pequeña historia. El primer bloque de departamentos también presenta una arquitectura mejorada, con un diseño perfectamente circular donde todos los pasillos se interconectan de una manera orgánica. Esto se aplica a lo largo y ancho de cada uno de los niveles que componen la campaña principal.
Pese a que los más exigentes podrían pedir a estos agregados un poco más de interacción, es gracias a sutilezas como romper los vidrios de los vehículos o vidrieras para encontrar caminos en donde Silent Hill 2 se siente moderno. Y es que además, a grandes rasgos se juega y se mueve como un juego de la época de PlayStation 2 pero nos encontramos con enemigos más astutos, una cámara que brinda menos sorpresas desagradables y un combate visceral que mejora la propuesta original agregando elementos responsivos sin venderse al frenesí de matabichos en el que a veces se convierte su competencia más directa, Resident Evil. Los encuentros gozan de un muy buen diseño, ahorcando en su punto justo. Todo se siente medido y calculado; hay un goce muy evidente en mostrarse como un juego que tiene un pie en una época que no es la actual.
Esto se manifiesta en el loop de jugabilidad: la exploración buscando los puntos de interacción para descubrir ítems y secretos; el uso constante del mapa en el que ahora vemos a James garabatear puertas y pasos bloqueados, o puntos clave de cada escenario. También mencionar el avance metódico al que nos invita: un diseño que sin darme cuenta extrañaba muchísimo y que en muchos aspectos siento necesario. Silent Hill 2 original supo ser una de las joyas de la corona en lo que muchos conocen como la época dorada del Survival Horror donde cada compañía que se precie de serlo quería tener un buen juego del género. En la actualidad -y si bien nunca dejaron de hacerse-, ningún juego de horror alcanzó una notoriedad que nos invite a pensar en un renacer del género. Por otra parte, también necesitaba algo que interrumpa el monólogo de Resident Evil en este aspecto: no porque sean malos juegos necesariamente, sino porque la pluralidad de voces siempre es positiva y termina por darle color y matices, en este caso, al género de los juegos de terror.
Y como está pasando muy seguido en muchos medios artísticos o de expresión, la respuesta se suele encontrar en el pasado. En muchos aspectos este Silent Hill 2 es una perfecta cápsula del tiempo, al menos en los aspectos más macro de la experiencia. Haciendo un poco más de zoom nos encontramos con un apartado técnico que al menos en la versión que me tocó jugar -la de PC- brilla por donde se la mire, con prácticamente ningún bug y una performance realmente sobresaliente con todos los detalles al máximo y resolución 1440p. Es sin lugar a dudas uno de los títulos más hermosos de ver: los escenarios tienen un detalle alucinante, grandes efectos de partículas y texturas que dan al gore que expone Silent Hill 2 una verosimilitud que a veces nos invitan a apartar la mirada de la pantalla.
Por otro lado, el diseño sonoro está a la altura de las expectativas, con un trabajo que quita el aliento y un soundtrack supervisado por el mismísimo Akira Yamaoka que incluye material original, piezas inéditas y otras regrabadas para la ocasión. Esto se expande también a las actuaciones de voz, con un nivel de profundidad que me tomó por sorpresa y que terminaron por redondear los arcos de personajes secundarios como Eddie, Maria o Angela, cuyas subtramas vuelan todavía más alto que lo que pudimos ver en la versión original.
La historia principal puede tomar unas 20 horas para finalizarla y al igual que el viejo Silent Hill 2, también tenemos la opción de encontrar distintos finales según lo que vayamos realizando en cada una de las partidas. En mi caso llegué a terminarlo con uno de los peores finales posibles, al igual que mi primera e inolvidable pasada en PlayStation 2.
Dicho esto -y por si faltara aclararlo- disfruté mucho de mi tiempo con esta nueva versión de Silent Hill 2. Como decía anteriormente, extrañaba muchísimo jugar algo con este tipo de estructura y particularmente volver a transitar las calles de este pueblo que pese a sus horrores, nos brinda a los amantes del buen survival cierto sentido de pertenencia y calidez. Debo admitir que no esperaba este resultado considerando toda la previa pero por fortuna, nos encontramos ante una remake fiel al material original, con los cambios justos para mantenerlo vigente y dejarnos con ganas de más. Tal vez su único pecado sea justamente el de no abrirse demasiado respecto a los lineamientos del viejo Team Silent. Un pecado que creo, podemos perdonar porque suena lógico: el peso con el que cargó el estudio fue tal vez más de lo que estaban listos para manejar.
Como sea, Silent Hill 2 es definitivamente una de las experiencias que no podés dejar pasar en este 2024; diría incluso que superó por mucho las expectativas y nos deja con un gran interrogante de cara a futuro: ¿Y ahora, para dónde irá Konami? Si los números de ventas acompañan tan bien como la recepción que tuvo, tal vez, quién te dice, estemos presenciando el regreso definitivo de una de las franquicias más queridas de la industria.
Silent Hill 2
Desarrolla:
Bloober Team
Distribuye:
Konami Digital Entertainment
Fecha de lanzamiento:
7 de octubre, 2024
Disponible en:
Xbox Series, PlayStation 5, PC
Versión analizada:
PC
«Silent Hill 2 es definitivamente una de las experiencias que no podés dejar pasar en este 2024.»