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Capcom siempre supo la magnitud de saga que tenía en Monster Hunter. En portátiles sus números eran increíbles y viene cosechando fans acérrimos hace ya 21 años con un estilo de juego único que ha inspirado a decenas de otros títulos. Pero recién en Monster Hunter World pareció penetrar la barrera de la masividad de otra forma y con un énfasis que no lo había hecho antes. Gente que nunca había probado un juego de esta franquicia de repente se veía obsesionada con juntar todo un set de Nergigante. Rise continuó esa senda exitosa y finalmente Monster Hunter Wilds es la culminación de esa expansión a nuevos públicos y la versión más accesible de la saga hasta la fecha sin perder del todo la esencia y la identidad.

De entrada vemos un mayor énfasis en narrativa y desarrollo de personajes. Si bien no creo que es el fuerte del estudio y hasta por momentos siento que hay demasiadas pausas entre misión y misión para mostrarnos cinemáticas, definitivamente se celebra haber creado personajes con los cuales formar un vínculo y entender mejor este mundo. Creo que hay algunas cuestiones de balance todavía por corregir pero la intención es buena.

La tutorialización también ha mejorado mucho y nos permite poder entender mejor qué hace cada arma y en qué contexto utilizarlas. Después de una secuencia inicial que nos lleva demasiado de la mano se nos deja experimentar con los distintos tipos de armamento y lo extremadamente diferentes que se sienten. Si hay un factor X que explica por qué esta saga es tan amada por millones de jugadores es justamente lo especiales que son estas armas y los movimientos tan distintivos que nos permiten realizar. Las combinaciones de botones siguen siendo un poco obtusas pero la profundidad del combate es innegable.

La buena noticia para jugadores no tan expertos es que durante la campaña principal el desafío no es extravagante y más allá de ser revoleados para todos lados por algún que otro monstruo, no vamos a experimentar un enorme grado de dificultad. En lo personal lo sentí un poco exagerado a este cambio de enfoque y quizás la baja dificultad le quita un poco de emoción a las batallas. Estas siguen siendo épicas y grandiosas en su presentación pero la experiencia se convirtió tanto menos exigente que las bestias ya no tienen la misma presencia. Lo que antes podía llevarnos más de un intento o mucho tiempo y sudor, ahora se siente más bien un paseo; uno super entretenido, vistoso y espectacular, pero no sé si tan satisfactorio. En el endgame es donde sí se encuentra el desafío y donde el público más fiel va a encontrar el verdadero disfrute.

Más allá del cambio en dificultad para la campaña y cuán bien balanceado o no está eso, el resto de las modificaciones son sumamente bienvenidas. El poder tener a nuestra disposición dos sets de armas hace que le podamos agregar un grado de variedad gigante al combate y también de adaptación; si algo no está funcionando, es cuestión de subirnos a nuestra montura y probar con otra estrategia. 

Los Seikret (básicamente las monturas del juego) modifican por completo la manera de moverse por el mapa y lo que podemos hacer también en combate. Arriba de ellos podemos cambiar armas, arrojar todo tipo de trampas, equipamiento, agarrar objetos a distancia, reubicarnos en el campo de batalla y todo tipo de acciones. Esta montura le da un dinamismo extra a la jugabilidad y hace que todo sea más fluido y menos trabado. A eso también le podemos sumar la posibilidad de sentar campamento de manera móvil para cambiar equipamiento, cocinar y administrar a nuestro pálico. Todas las novedades en términos de jugabilidad en Monster Hunter Wilds se han hecho en pos de una experiencia más amena y con, probablemente, la intención de que nuevos jugadores finalmente entiendan qué hace tan especial a esta saga.

Porque la esencia, más allá de la baja dificultad de la campaña, no se pierde del todo y en muchas ocasiones durante el combate con una bestia nos vamos a quedar con la boca abierta por la cadena de ataques que logramos meter o por cómo nos logramos subir a la espalda de este monstruo y logramos hacer un ataque devastador. Pero como este es un juego de mundo abierto y como las criaturas tienen sus propios patrones constantes de movimiento y de comportamiento, no sólo va a resultar increíble lo que nosotros le hagamos a una bestia, sino también lo se hagan entre ellas. Muchas veces va a suceder de manera espontánea, otras de manera guionada y hasta en ocasiones lo vamos a generar nosotros; Monster Hunter Wilds tiene varias formas en las que dos monstruos terminan peleando entre sí y el resultado es algo que se siente orgánico y hasta una oportunidad de poder cazar dos enemigos a la vez.

Por supuesto que el armado de sets sigue siendo uno de los principales motivadores para progresar en el juego. Incluso si la historia no te atrapa vas a querer seguir adelante para ver qué nueva armadura podemos craftear o qué mejora podemos darle a nuestra arma. Eso también hará que nos metamos con las muchas misiones secundarias que nos van dando buenos beneficios, así que contenido no va a faltar.

Lamentablemente en cuanto a lo técnico Monster Hunter Wilds combina buenas con malas. En PC tardó en ser una experiencia disfrutable y en consolas se nota que el RE Engine no es un motor realmente pensado para experiencias de mundo abierto. Es un motor capaz de crear muy buenos efectos de iluminación y animaciones faciales pero sus principales virtudes se pierden cuando se le exige renderizar mundos enteros. La diferencia entre lo que puede lograr con un Resident Evil y con un Dragons Dogma 2 o un Monster Hunter Wilds es abismal y me pregunto cuándo Capcom va a poder dominarlo del todo para la escala de este tipo de juegos.

Sin embargo estas cuestiones técnicas no van a evitar el disfrute de lo que es la experiencia Monster Hunter más accesible y amigable hasta la fecha. La campaña ofrece mucha variedad pero no tanto desafío aunque todos sabemos que esa historia principal es sólo el comienzo de la experiencia. Los agregados refrescan la jugabilidad sin perder su profundidad y en ese aspecto esta saga sigue sin tener comparación. Wilds es la forma ideal para entender por qué tantas personas aman Monster Hunter incluso después de tantos años.

Monster Hunter Wilds

Desarrolla:
Capcom 
Distribuye:
Capcom
Fecha de lanzamiento:
28 de febrero, 2025
Disponible en:
Xbox Series, PlayStation 5, PC
Versión analizada:
PC

«Wilds es la forma ideal para entender por qué tantas personas aman Monster Hunter incluso después de tantos años.»

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