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¡Qué momento para estar (no)vivo! En un año que parece que tendrá una serie de hitos irrepetibles en la historia del gaming, estamos en presencia de tal vez uno de los más grandes milagros de la época moderna del videojuego. Y es que Dead Island 2 fue anunciado hace casi 10 años, allá en 2014 y desde ese momento hasta hoy que escribo estas líneas ha ocurrido de todo: un desfile de estudios, fechas fantasma, tráilers confusos y silencio radial en plan señal de ajuste. Prácticamente todas las alarmas se dispararon en el pasado y contrariamente a lo que muchos esperaban -y a diferencia de los rancios zombies que pululan por las calles de Hell-A- Dead Island 2 está vivo y no sólo eso: ¡es realmente muy divertido!

De alguna manera la gente de Deep Silver Dambuster Studios se las ingeniaron para hilvanar una aventura de acción totalmente solvente que para bien o para mal, tiene mucho del juego original pero que también potencia elementos que lo distinguen y dotan de personalidad. El desarrollador original era ni más ni menos que el del mítico Spec Ops: The Line, Yaeger, y lo que habían mostrado como concepto original no existe más en esta versión final, sino que se trata de un juego hecho totalmente desde cero. Y lejos de intimidarse por la existencia de juegos que se animaron a llevar al género de la “acción de zombies” a otros lugares como Dying Light y su continuación, Dambuster Studios metió quinta a fondo en esto de las vibras clase B y el festín de gore con la potencia de revolverle las tripas al menos impresionable de todos.

La acción de Dead Island 2 se centra en uno de entre seis personajes que vamos a poder elegir mientras jugamos una espectacular secuencia de acción que tiene en su centro un accidente aéreo. Cada uno de estos personajes ofrece una serie de habilidades que promediando el juego pueden marcar diferencias muy copadas, pero que tienen en común el hecho de ser inmunes a la mordida de los zombies, uno de los pilares en los que se apoya la narrativa de la historia. Superado el tutorial nos iremos abriendo paso por las callejuelas de Hell-A: una recreación maravillosa de Los Angeles sumida en el caos por el holocausto zombie. Si bien al principio Dead Island 2 coquetea con la idea del mundo abierto, lo cierto es que está lejos de serlo, ya que opta estructurar sus 30 misiones principales y más de 50 secundarias en niveles modulares, relativamente abiertos y separados por pantallas de carga.

Más allá de que el formato de estos se repite siempre -zona de infectados, garitos con secretos para desbloquear con una llave, NPCs con quests y demás- las variaciones están muy bien, llevándote desde un set de películas, mansiones de lujo, el mítico Chinese Theatre y otros puntos de interés de la ciudad muy reconocibles. De hecho, esta es una de las cosas que mejor logra Dead Island 2: recrear el espíritu de la ciudad en toda su opulencia pero también en la profunda desigualdad social que presenta. Incluso se pueden encontrar logs o leer notas, como también momentos de narrativa ambiental dignos del mejor immersive simulator. Todos estos elementos aportan mucho sabor y textura al universo del juego: te hacen sentir que realmente estás en el lugar y si bien esto suma, no deja de sentirse raro que no hayan buscado profundizar en este aspecto.

La historia que nos cuenta Dead Island 2 también tiene eso: es más que nada un sinsentido en el cual si leemos entre líneas hay mucho comentario al tema de las redes sociales, la fama, los influencers y derivaciones muy bien implementadas en algunas secuencias alucinantes, como aquella que nos invita a hacer un stream de la masacre que estamos ejecutando en las calles. Y sobre eso, hablemos de la jugabilidad. Al igual que su predecesor, estamos ante una suerte de RPG hack and slash en primera persona que tiene al gore y al combate melé como piedra angular. En algún punto del juego vas a encontrar armas con distancia más tradicionales, pero funcionan tan mal que es evidente el mensaje: la idea es que vayas con ese martillo gigante de concreto modificado con electrodos a espachurrar zombies por los aires.

Es básicamente el mismo loop de juego: bajar hordas de zombies de distintos tipos y niveles de dureza, lootear armas y piezas para modificar, subir de nivel, seguir. Lo bueno de esto es que resulta divertido siempre y cuando se conjuga con el espectáculo visual que Dead Island 2 ofrece, se vuelve algo bastante difícil de dejar. Hablamos de desmembramientos y explosiones craneales de alto octanaje, detalle y espectacularidad, con un motor que en la versión de PlayStation 5, en mi experiencia, dio todo de sí, ofreciendo vistas realmente muy intensas y de gran vuelo. Lo malo de la jugabilidad es que muestra todos sus trucos muy rápido y aquellos quienes no compren lo que el título vende, encontrarán que puede volverse muy repetitivo bastante rápido. Las misiones por lo general consisten en escoltar a alguien de un punto a otro, o encontrar tal o cual ítem clave para acceder a una zona determinada.

No poseen un diseño particularmente brillante más allá de ciertas secuencias bien pensadas y están bien para poner en marcha la intensa danza de sangre y tripas que constituyen el núcleo de esta experiencia. Lo mismo se puede decir del arsenal presente: podemos modificarlo, repararlo, subirlo de nivel y jugar con una serie de elementos que alteran su funcionamiento: fuego, electricidad y otros que aportan cierta variedad. En los niveles también hay un arenero de posibilidades, con bocas de incendio, charcos de nafta, generadores que se pueden prender y apagar y un montón de trampas muy bien encajadas con la temática de cada nivel, aportando la variedad que le faltan a unas armas que son un montón pero que más allá de los números que las engalanan, se sienten un poco como la misma cosa.

Pero tampoco da la impresión de que Dead Island 2 haya querido ir a un territorio que no podía alcanzar en primer lugar: no quiere ser algo que no es o no tiene mayor pretensión que brindar entretenimiento, espectáculo y hacerte pasar un buen rato aniquilando zombies. Terminé la campaña principal y un par de misiones secundarias en menos de 30 horas que se me pasaron volando y en ningún momento sentí cansancio o fatiga de hacer lo que el juego me pedía que haga, lo cual es muchísimo decir en los tiempos que corren. La comparación con Dying Light va a ser imposible de evitar pero creo que estos títulos buscan algo distinto. Dead Island 2, por su temática, sus formas y varios de sus guiños buscan evocar a las pelis de George Romero, a un género de cine que hoy medio que está en desuso y demuestra que a veces, menos es más. 

Todo esto sin mencionar que con todo el trayecto que recorrió, reseteos y otras complicaciones, que haya llegado casi diez años después de su anuncio original estando tan entero, firme desde lo estético y sólido en sus convicciones no es para nada menor. Es más, me animo a decir que Dead Island 2 es el juego con el que más me divertí en lo que va del año y con ciertas precauciones ante sus facetas más repetitivas, lo recomiendo.

Dead Island 2

Desarrolla:
Dambuster Studios
Distribuye:
Deep Silver
Fecha de lanzamiento:
21 de abril, 2023
Disponible en:
PlayStation4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series S / X, PC
Versión analizada:
PlayStation 5

«Dead Island 2 no tiene otra pretensión que la de hacerte pasar un buen rato y lo consigue con creces.»



Jeremías "Chopper" Curci

Entidad biomecánica impulsada por la cafeína. Amante del buen diseño, FIFA y Call of Duty. Maradoniano. Pater familias.

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