Lamento saber que no voy a ser el primero en utilizar esta frase para el análisis del juego, pero lamento más no poder evitarlo. Los hermanos sean unidos, porque es la ley primera. Y mientras que muchos de los juegos de Nintendo llevan por nombre Mario Bros., la saga Mario & Luigi es donde verdaderamente vemos en todo su esplendor la relación fraternal de estos dos héroes de fantasía. Con Brothership, la saga vuelve trayendo consigo lo mejor de la rama RPG de estos personajes a una consola en la que ya hacían falta. Sin embargo, este esfuerzo por explorar nuevos horizontes viene acompañado de varios tropiezos que merecen ser analizados.
Mario & Luigi: Brothership lleva a nuestros plomeros favoritos a un nuevo mundo conocido como Concordia – no, no en Entre Ríos -, donde un conjunto de islas necesita ser reconectado para restaurar el equilibrio en la vida de sus habitantes. Para esto, nos volcaremos a un entretenido cuento que es lo más parecido a una serie de dibujos animados de los Hermanos Mario que vamos a tener. O al menos algo que nos hace desear que eso existiera.
Brothership se presenta con un diseño colorido y encantador que captura la esencia de los universos anteriores pero brindando a los personajes y escenarios un aspecto enérgico y expresivo, siguiendo la línea de experimentación visual que vimos el año pasado con Super Mario Bros. Wonder. Si esta fuera la dirección artística que la saga tomara en definitiva de acá en adelante, podríamos estar de acuerdo unánimemente que es el mejor aspecto posible. Sin embargo, aún hay un poco de terreno para mejorar. No tenemos que jugar mucho para ver que por más que los chistes abundan, por más buenos que sean no logran hacer un buen trabajo para disimular lo simplista de la trama. Esto logra que cada vez que los hermanos Mario estén en pantalla todo sea un festejo. Pero cuando llega el turno de los habitantes de la isla, por más variados y divertidos que puedan ser, sus diseños y diálogos pueden parecer robóticos y planos sin lograr alcanzar la profundidad de otros juegos de rol de Nintendo como Super Mario RPG y Paper Mario: The Thousand-Year Door. Por otro lado, Brothership parece separarse de esos RPG, presentándose como una rama que apunta sin vergüenza a un público más jóven, que no por eso merece peores tramas.
Continuando con el apartado visual, el diseño de Shipshape Island introduce un nuevo HUB, que permite a los jugadores desplazarse entre islas con una mecánica que ni en los papeles suena muy divertida. La idea de navegar por un océano lleno de islas es prometedora, pero su ejecución resulta frustrante. Las mecánicas de navegación pueden sentirse tediosas y el hecho de que la isla se mueva constantemente puede hacer que el progreso se sienta artificial y forzado. Por momentos, navegar por el mar se siente más como una experiencia de relleno que como el puzzle a resolver como el que pretende presentarse.
Por suerte, a niveles de jugabilidad, el combate sigue siendo el punto fuerte de la saga. Los ataques con temporización y las golden combis entre los hermanos siguen siendo de los más satisfactorio. Siempre y cuando estemos en una batalla. La decisión de arrastrar al segundo jugador por el mapa cuanto estamos explorando se siente vaga e incómoda. Pudiendo haber programado que Luigi siga a Mario, todo recae en un tira y empuje medio raro, que genera una incomodidad poco digna de un juego de Nintendo. Esto hace que nunca quede claro si somos tan hábiles como nos presentamos en combate o tan torpes como cuando andamos dando vueltas por ahí, diluyendo la experiencia de jugar con una dupla poderosa.
Yendo a lo más original, una de las mejores innovaciones de Brothership es el sistema de Battle Plugs. Estos modificadores ofrecen una nueva dimensión táctica al combate, al permitir a los jugadores y jugadoras personalizar sus habilidades y estrategias antes de cada encuentro. El concepto es atractivo y, en teoría, añade profundidad al sistema de turnos que caracteriza a la serie. Aún así, el despliegue de este sistema llega muy tarde en el juego, lo que puede hacer que ciertos jugadores sientan que han pasado horas sin experimentar todo el potencial que los combates de la saga Mario & Luigi pueden ofrecer.
Y es cuando entramos en este vórtice de incomodidades que más notamos los hilos del juego. Brothership tropieza en áreas que no debería. Los diálogos innecesariamente extensos para una historia sin profundidad y la cantidad de tutoriales obligatorios hace que la experiencia se sienta más rígida que orgánica, alejando el encanto de las entregas anteriores. La constante aparición de la asistente Snoutlet, que nos explica todo paso a paso, resulta más molesta que útil, generando una sensación de innecesaria repetición que va a agobiar a varios jugadores. Y todos sabemos que el Hey! Listen! solo puede funcionar una vez.
En definitiva, Mario & Luigi: Brothership es un título que, a pesar de parecer un regreso triunfal, no logra cosechar el nivel de excelencia que la saga supo sembrar. Las innovaciones como los Battle Plugs y el diseño de mundo ofrecen un potencial valioso, pero la ejecución es endeble, lastimando a la larga a los mejores aspectos del juego. Claro está, esto no significa que el título carezca de méritos. Todavía hay disfrute y momentos de alegría en el combate y los entornos y sin lugar a dudas presenta una de las mejores interacciones en la historia de estos hermanos. Sin embargo, no puedo sacudirme la sensación de que lo hicieron sin mucho esfuerzo por estar los esfuerzos de Nintendo enfocados en otras prioridades. Puede que no esté a la altura de los fanáticos, pero no deja de ser una buena opción para “Mi Primer RPG”, siempre y cuando les guste leer un poco más de la cuenta. No estoy mandando a los hermanos al mazo, pero no les vendría mal barajar y dar de nuevo para la próxima entrega.
Mario & Luigi Brothership
Desarrolla:
Acquire
Distribuye:
Nintendo
Fecha de lanzamiento:
7 de noviembre, 2024
Disponible en:
Nintendo Switch
Versión analizada:
Nintendo Switch
«Mario & Luigi: Brothership no logra cosechar el nivel de excelencia que la saga supo sembrar.»