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Hace ya un rato largo que estamos atravesando una nueva era de juegos basados en propiedades intelectuales ajenas al gaming. Lo que en su momento era “El juego de la peli” o adaptaciones poco felices de shows televisivos, hoy por hoy se ha convertido en títulos triple A de estudios experimentados que le estampan a fórmulas ya probadas y exitosas una cierta IP. Hogwarts Legacy, Jedi Survivor, Spider-Man 2 y ahora Avatar Frontiers Of Pandora son algunos de los casos más representativos de esta tendencia y todos han salido en este 2023.

Avatar: Frontiers Of Pandora es, para bien y para mal, la respuesta a “¿cómo sería un Far Cry en el mundo creado por James Cameron?”. El resultado es el esperado: un juego que busca tildar todos los casilleros del gaming moderno sin mostrar maestría necesariamente en ninguno de ellos pero rodeado de un universo narrativo y audiovisual que es indudablemente atractivo y fascinante. 

Pandora es razón suficiente para que realizar las mismas actividades que venimos cumpliendo en la saga Far Cry hace más de una década, sean un poco más llevaderas y disfrutables. Quizás en Far Cry 6 limpiar otro asentamiento enemigo ya no me producía ninguna satisfacción y me resultaba algo completamente tedioso. En Avatar ese efecto déjà vu está presente pero cuando mirás para los costados tenés un entorno que te quita el aliento.

Las rocas flotantes y la vegetación bioluminiscente son el highlight de lo que Massive Entertainment pudo desarrollar. Pocas veces vi entornos tan repletos de árboles, flores, criaturas y todo tipo de creaciones que nos hacen sentir en un entorno vibrante y que constantemente nos invita a admirar su grandilocuencia.

Surcar los cielos de Pandora arriba de nuestro Ikran brinda momentos de genuina emoción y es una simple pero efectiva mecánica que no sólo nos va a hacer la vida mucho más fácil para recorrer el mapa, sino que también nos permite disfrutar de vistas y paisajes bellísimos. También aporta varios de los momentos más interesantes a nivel combate y le da una vuelta de tuerca a la locomoción de nuestro personaje luego de varias horas a pie.

Si bien ir volando con el Ikran es mucho más atrapante que ir a pie, eso no significa que todo el sistema de transversalidad no esté bien logrado; de hecho es uno de los mejores aspectos en cuanto a jugabilidad. Con un parkour muy sencillo vamos a estar saltando de acá para allá y recorriendo Pandora incluso de manera vertical sin mucho problema; hay unas lianas que nos permiten mantener el momentum y así sentirnos en constantemente movimiento que sumadas a un doble salto y otras habilidades generan un control de personaje muy bien logrado.

Los mayores problemas de Avatar se presentan cuando realmente tenemos que ponernos a hacer misiones e interactuar con su historia. Ya sea por falencias en sus diálogos, actuaciones o cinemáticas, me costó mucho comprometerme con la trama y la narrativa del juego. Nuestro personaje es un Na’vi criado en cautiverio por humanos que luego de los hechos de la primera película se ve forzado a salir a Pandora y reconectar con el resto de su especie. A ese detonante se le encadena una serie de hechos y personajes completamente trillados y revelaciones extremadamente predecibles.

No ayuda cómo cada cinemática consiste en un par de personajes hablando en fila delante nuestro luego de un fundido a negro (esos fundidos son llamativamente numerosos y cortan bastante el ritmo del juego). Si a eso le sumamos diálogos y personajes bastante cringe, resulta muy difícil interesarse por lo que está sucediendo; ni hablar que se nos tira por la cabeza un montón de terminología y mitología propia de Pandora que ni el más fanático de Avatar quizás tenía presente.

Tampoco hay muy buenas noticias cuando tenemos que ponernos a hacer misiones. Si bien hay una mayor variedad que la que encontramos en un Far Cry, muchas veces nos terminamos topando con el mismo asentamiento enemigo de siempre. El problema principal es que el combate nunca me terminó de cuajar del todo; no me siento ni poderoso, ni habilidoso ni una amenaza para las fuerzas de la RDA. Tampoco me resultó conveniente el sigilo teniendo en cuenta que soy una criatura azul de 3 metros de altura que rara vez pasa desapercibida. El combate frenético de los Far Cry no dice presente y vamos a estar luchando con armas más bien autóctonas que no son muy divertidas de usar. Las armas de fuego no se sienten muy bien en nuestras manos y si bien hay una intención narrativa en que nos cueste dominar una ametralladora, a la hora de tener el control en la mano eso poco importa.

Sin embargo, encontré un mayor disfrute cuando las misiones tienen que ver más con cómo llegar a ciertas estructuras o interactuar un poco más con la flora y fauna. Las mecánicas de recolección y caza están bastante bien logradas y son llamativamente profundas. Va a importar bajo qué condiciones climáticas recolectamos frutos o cómo decidimos cazar a tal o cual animal. También es súper importante todo el sistema de comida y de combinación de ingredientes simil Breath Of The Wild.

Prácticamente cualquier mecánica que hayamos visto en juegos de mundo abierto en el último tiempo está metida a la fuerza en este Avatar. Tenemos loot, tenemos crafteo, cocina, árbol de habilidades, modificadores y estadísticas para nuestra vestimenta y armas, cada NPC con el que nos encontramos termina siendo un vendedor de algo, mecánicas de investigación y hackeo (bastante flojas por cierto), entre muchas otras cosas. En ese sentido lo nuevo de Ubisoft se siente como un título realizado para tildar la mayor cantidad de casilleros posibles en el bingo triple A, una fórmula que ya ha probado ser exitosa y que seguro va a tener a más de un usuario encantando. 

Honestamente estaría mintiendo si digo que su loop de jugabilidad no me fue convenciendo; la realidad es que cuando el escenario, la ambientación y el uso adecuado de una propiedades intelectual chocan con una fórmula como la de los mundos abiertos de Ubisoft, es difícil no entretenerse. Realmente no sé bien por qué pero me encontré pensando mucho más en este juego de lo que creía y también me encuentro con unas sorpresivas ganas de seguir jugando. A veces la picazón gamer te pide eso: un mundo precioso donde ir tildando objetivos sin dar muchas vueltas. Quizás me conformo con poco, pero el poder de las IP es así. 

Avatar: Frontiers of Pandora

Desarrolla:
Massive Entertainment, Ubisoft Shanghai
Distribuye:
Ubisoft
Fecha de lanzamiento:
7 de diciembre, 2023
Disponible en:
PlayStation 5, Xbox Series, PC
Versión analizada:
PC

«Cuando el escenario, la ambientación y el uso adecuado de una propiedades intelectual chocan con una fórmula como la de los mundos abiertos de Ubisoft, es difícil no entretenerse.»

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